☁️ Poema De Gabriela Mistral A La Maestra

GabrielaMistral. Una vez que ocupó su nuevo cargo, la ganadora de la del Nobel conoció a quien fue su amor, la bachiller en literatura y escritora, Doris Dana. La letrada norteamericana fue quien la contactó primero mediante una carta, con la excusa de una traducción, refiriéndose a ella como "mi querida maestra".
Mistralfalleció el 10 de enero de 1957 en Hempstead, Nueva York, pero su obra y su impacto perduran como un testimonio duradero de su contribución a la cultura y la sociedad. Gabriela Mistral y Doris Dana. Gabriela Mistral ha sido denominada de muchas formas: «la maestra», «la divina», «la santa», «la madre de la nación».
Supensamiento pedagógico. 1. Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud, el gesto y la palabra. 2. Vivir las teorías hermosas. Vivir la bondad, la actividad y la honradez profesional. 3. Amenizar la enseñanza con la hermosa palabra, con la anécdota oportuna, y la relación de cada

LaOración De La Maestra. de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes. de las que enseñé. carne de mis carnes. Dame labios no canten más. Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él. Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía

Pero ¿quién era Gabriela Mistral? Es el seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, nacida en Vicuña el 7 de abril de 1889 y fallecida en Nueva York, el 10 de enero de 1957. Fue poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945. Fue la primera mujer iberoamericana y la
Asíse describió en 1923 Gabriela Mistral, la poeta, maestra y diplomática que, entre otros muchos reconocimientos, obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Lucila de María Godoy Alcayaga –ese era su nombre– nació el 7 de abril de 1889 en Vicuña, una pequeña ciudad del valle de Elqui, en la provincia de Coquimbo (Chile). Siempreella, silenciosa, como la gran mirada. de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa; siempre, como el destino que ni mengua ni pasa, descenderá a cubrirme, terrible y extasiada. 6. Caricia. Para finalizar con los poemas de Gabriela Mistral hace falta volver a hablar de la maternidad. .